En medio de la escasez, este miércoles las petroleras ajustaron sus precios de referencia de combustibles y la noticia es mala para los ya elevados costos de producción. La medida que hace prever nuevos aumentos.
En tiempos de Halloween, la situación de los combustibles en Argentina da miedo. Este miércoles, primer día del mes, la petrolera estatal YPF incrementó el precio de sus combustibles en un 9,75%, en medio de una crisis por desabastecimiento. La petroleras Shell, Axion y Puma hicieron lo propio pero no informaron de manera oficial el monto final de sus incrementos.
Se trata de un nuevo golpe al bolsillo y en especial al de los productores, ya que impactará de manera directa e indirecta en los costos. De hecho, incide específicamente en las economías regionales como la vitivinicultura, considerando que el promedio del incremento es mayor para el interior del país.
En Mendoza, por ejemplo, los precios rondan los siguientes números: Nafta Súper, $306 por litro; Nafta infinia, $388; Diésel, $331; e Infinia diésel, $423.
El incremento se dio después de que expirara el acuerdo firmado entre las petroleras y el Ministerio de Economía de la Nación en agosto pasado, que congeló los valores tras una suba de 12,5% post PASO. Además, llega en medio de una crisis por la falta de abastecimiento en los surtidores, lo que ha generado largas colas y malestar.
“Con la garantía de abastecimiento que plantearon las petroleras, la situación crítica se ha superado», expresó el ministro Massa pero la escasez se sigue reflejando.
Amortizando un nuevo incremento
Más allá del ajuste de este miércoles, el Gobierno nacional tomó otra medida en relación a los combustibles. Mediante el Decreto 567/2023, publicado hoy en el Boletín Oficial, prorrogó nuevamente la actualización prevista para el impuesto sobre los combustibles líquidos. Rige para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil.
De esta manera, el impuesto no volverá a aumentar hasta el 1 de febrero próximo. La medida se toma con el objetivo de que este incremento en los impuestos que se aplican a los combustibles y deben pagar las petroleras, no se vea reflejado en el precio final, en un contexto ya complicado en materia energética.
De hecho, la misma norma lo reconoce mediante el decreto, ya que expresa que el objetivo es «asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios». Se reconoce inestabilidad en un decreto que lleva la firma del presidente Alberto Fernández, del jefe de Gabinete, Agustín Rossi; y del ministro de Economía, Sergio Massa.
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