La falta de rentabilidad golpea fuerte sobre la matriz productiva de Mendoza. La erradicación y concentración de viñedos se acentúa año tras año.
Hace días atrás el diario de La Nación, se hizo eco de la triste realidad que vivimos los mendocinos hace años y que se está acentuando con el paso del tiempo: la pérdidas de hectáreas productivas de la mano del crecimiento demográfico y los desarrollos inmobiliarios. La expresión ‘Todo eso era viña’ resuena, incluso convirtiéndose en un éxito musical, para ilustrar cómo el avance del negocio inmobiliario ha ido conquistando, década tras década, los campos cultivados de esta región vinícola.
La preocupación crece entre los diferentes actores del sector ante el abandono y la erradicación de viñedos, especialmente entre los más pequeños de la cadena industrial. La crisis económica que afecta tanto al mercado interno como a las exportaciones ha avivado el interés de las desarrolladoras por construir barrios privados. No obstante, algunos bodegueros con más recursos han visto en esta situación una oportunidad para expandirse, generando así una mayor concentración en la industria.
En casi todas las regiones de la provincia, pequeños productores enfrentan ajustes con los costos y la grave escasez de agua, viéndose obligados a abandonar la producción o vender sus tierras. La falta de rentabilidad y la necesidad de extensiones más grandes de viñedos están llevando a la desaparición lenta de los pequeños actores del mercado.
Datos oficiales del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) revelan una constante disminución en la superficie de viñedos en Argentina. Comparado con 2010, la superficie actual es un 3,1% menor. La concentración en propiedades más grandes es evidente, con un tamaño medio de viñedo que ha aumentado de 5,8 hectáreas en 1990 a 9,1 hectáreas en 2020.
Mendoza concentra el 70,6% de la superficie total de viñedos en Argentina. Diversos referentes de la industria, expresan su preocupación. Matías Manzanares, secretario de la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM), destaca la problemática del abandono en la zona este debido a la falta de rentabilidad y la escasez de agua.
Desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), señalan que la erradicación de viñedos se produce, debido a la falta de rentabilidad y la adaptación de algunos productores a otras actividades. Además, resaltan la tendencia hacia la concentración de propiedades más grandes y productivas.
Por otro lado, advierten sobre la venta de tierras para negocios inmobiliarios debido a la falta de ordenamiento territorial. La falta de medidas para preservar las zonas irrigadas y aptas para viñedos está contribuyendo a la proliferación de barrios privados en detrimento de la producción.
Este escenario también tiene consecuencias ambientales, ya que el abandono de viñedos sin erradicar dificulta el control de plagas.
En resumen, la problemática de abandono y erradicación de viñedos en Argentina plantea desafíos significativos para la industria vitivinícola, afectando especialmente a los pequeños productores y generando preocupación por la concentración de la actividad en manos de grandes empresas y desarrolladores inmobiliarios.