El estudio fue implementado en los Estados Unidos y se llevó a cabo con máquinas especiales que contenían lámparas UV-C. El mecanismo.
Que el resultado de la cosecha sea abundante, sano y de calidad; depende de muchos factores. Las contingencias climáticas juegan un rol vital, pero también la sanidad de los viñedos. Sin contar la caída, año a año, de la cantidad de viñedos sembrados, como sucede en Argentina.
En este sentido, la inversión en infraestructura y tecnología puede aportar mucho en mejorar los rendimientos y aunque parezca una difícil misión para una economía como la argentina, las investigaciones en el mundo siguen progresando y generando nuevas herramientas.
Recientemente, el Observatorio Vitivinícola Argentino reflejó los resultados de un estudio que se llevó a cabo en Estados Unidos, novedoso en la industria por utilizar luz germicida, para controlar enfermedades que pueda tener la vid.
Las investigaciones buscan probar cómo la aplicación de luz UV-C puede contribuir en la sanidad vegetal y a la vez constituirse en una opción sustentable ambientalmente, porque reemplaza la utilización de agroquímicos.
Cómo se utiliza
Según el estudio titulado “Uso de luz UV para la supresión de enfermedades de la vid”, presentado por David M. Gadoury en el 22th Simposio Internacional de GiESCO, los patógenos microbianos de las plantas resisten a la luz solar directa porque tienen la capacidad de reparar los daños causados por la radiación UV en su ADN gracias a un mecanismo de fotoliasa impulsado por la luz azul y la radiación UV-A.
Es precisamente este vínculo entre la luz solar y la capacidad de los gérmenes de soportar la exposición a la radiación UV-B lo que se ha estudiado. Se hizo exponiendo a las plantas a dosis fungicidas de UV-B y a dosis equivalentes de UV-C también germicida, durante la oscuridad.
La conclusión es que si el daño de la exposición a UV-C no pudo ser reparado en el ADN fúngico por el plazo de 4 horas, la exposición termina siendo letal para un gran porcentaje de la población expuesta.
La aplicación de UV germicida (UV-C) por la noche esquiva la reparación del ADN patógeno que hacen las enfermedades y permite que una aplicación de luz UV-C no tóxica para la planta elimine una variedad de microbios patógenos. Incluso también ciertas plagas de artrópodos. Todo sin dañar las vides ni la fruta.
Para llevar a cabo el estudio, diseñaron carros específicos adaptados al dosel de la vid, traccionados por tractores o en carros robotizados, con lámparas UV lo suficientemente potentes para aplicar dosis eficaces a velocidades altas, que permitan llevar adelante los trabajos aún en periodos de noches cortas, para aprovechar al oscuridad. Trabajaron en viñedos Chardonnay, una cepa especialmente vulnerable.
Pudieron comprobar la supresión parcial o casi total de enfermedades como la del oídio, la podredumbre agria y la peronóspora. No obtuvieron resultados positivos con la famosa podredumbre de Botrytis (o podredumbre gris), pero se sigue investigando en este campo. Hay buenos antecedentes en estudios de esta enfermedad en frutillas.
Según el Observatorio Vitivinícola Argentino, la UV-C es una herramienta segura y eficaz que puede añadirse a los programas de control integrado de plagas, que administra el Senasa en el marco del Registro Nacional de Terapéutica Vegetal.