El Grupo Peñaflor aprovechó la flexibilización de las importaciones que otorgó el nuevo Ejecutivo e importó vino desde Chile, en un contexto crucial en la lucha por el precio del kilo de uva y del vino.
Una de las situaciones que más se teme en la industria finalmente terminó ocurriendo, en medio de la vendimia en Argentina. Un grupo empresarial de mucha participación en el mercado importó vino desde Chile.
Se trata del Grupo Peñaflor, el conglomerado empresarial más importante del país que justamente tiene capitales chilenos. Decidió comprar 5 millones de litros de vino tinto del país trasandino e importarlo por intermedio de la frontera.
La compra es para una de las sedes de la empresa en el departamento de San Martín, en la provincia de San Juan.
De hecho, para la importación se beneficiaron de la apertura de fronteras que implementó la gestión de Javier Milei, que flexibilizó los trámites burocráticos y eliminó las restricciones para realizar las importaciones.
Según informó el diario La Ventana de San Juan, la decisión de la empresa tiene como justificación el faltante de caldos suficientes para atender todas las necesidades del mercado local e internacional.
Sin embargo, los productores de uvas y los pequeños productores de vino se quejaron por la situación, en medio de la disputa por el precio precisamente del kilo de uva y del litro de vino en medio de la vendimia.
Según denunciaron, la operación no es más que una maniobra de la empresa en su condición de parte dominante de la industria, para hacer caer el precio en un contexto crucial, con el objetivo de abaratar sus costos.
Una de las voces que se refirió al respecto es el presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan, Gustavo Samper, quien a su vez es el vicepresidente de la COVIAR, quien cuestionó la decisión: “traemos vinos chilenos excedentes, de dudosa calidad o, al menos, de una calidad inferior a los nuestros”.
En diálogo con el medio El Tiempo de San Juan, el funcionario de COVIAR no descartó importar botellas de vino, pero se manifestó en contra de la compra del caldo. “Estamos de acuerdo con la apertura de las importaciones de vino fraccionado, pero no de vino a granel porque es un problema para nuestra industria”, señaló.
La particularidad de la medida es que la empresa ya había tomado la misma decisión en febrero del 2023 con una pequeña cantidad de litros de vino a granel. En ese momento pidió autorización al Ejecutivo de Alberto Fernández y el secretario Matías Tombolini (de la gestión del ministerio de Sergio Massa) la otorgó justificando la excepcionalidad del asunto.
Sin embargo, con la flexibilización del nuevo gobierno, la empresa decidió que sean millones de litros los importados, poniendo en jaque el precio de los productos locales.