En medio del plan de modernización y ajuste del Gobierno nacional sobre el organismo, se cumplen 68 años de su fundación. El comunicado con los logros y la promesa: “seguirá siendo el motor del campo”.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fue fundado un 4 de diciembre de 1956 por el Decreto Ley 21.680/56, según expresaron desde el organismo, con el objetivo de “impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar, con los beneficios de estas funciones fundamentales, la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y de la vida rural”.
A 68 años de esa fundación, ahora el Gobierno de la Nación por intermedio del Ministerio de Economía encabezado por Luis Caputo ha comenzado un proceso de reconfiguración profunda del organismo, que incluye venta de terrenos ociosos, retiros voluntarios; entre otras acciones. Todo encabezado por la gestión actual de Nicolás Bronzovich.
En este marco, desde el organismo emitieron un comunicado este miércoles en el que hicieron un repaso por su historia y también incluyeron comentarios sobre la actualidad.
“A lo largo de estas seis décadas, el INTA imprimió una huella imborrable en el agro argentino. Entre sus logros más destacados se encuentran el desarrollo de más de 970 variedades vegetales inscriptas en el INASE que incluyen aromáticas, cereales, forrajeras, forestales, industriales, hortícolas, frutales, legumbres, oleaginosas y ornamentales son el resultado de programas y de proyectos de investigación. Las obtenciones incluyen desde cultivos tradicionales hasta aquellos con alto valor agregado como la primera variedad de algodón con fibras extralargas, el arroz de alta calidad Anguirú INTA y la avena Bonaerense INTA sin gluten. Asimismo, se desarrollaron variedades ornamentales a partir de recursos genéticos nativos, como Mecardonia, Oxpetalum, Begonia y Calibrachoa, que se comercializan en Japón, los Estados Unidos y países de Europa”, comenzó, detallando los logros.
“En el ámbito de la biotecnología y la genética, el INTA -agrega- logró avances significativos en el desarrollo de cultivos más resistentes y productivos. El descubrimiento de enzimas clave para la germinación de las semillas, la secuenciación del genoma de la chicharrita del maíz, el desarrollo de semillas de trigo con granos más grandes, son ejemplos de esta labor”.
Por otro lado, mostraron los progresos del INTA para el control de la chicharrita del maíz este año. “Especialistas de todo el país se unieron y trabajaron codo a codo para controlarla. Producto de esto, se creó el Mapa Nacional de la Chicharrita. Un trabajo realizado por entomólogos de 21 unidades del INTA con el fin de monitorear la plaga para estudiar su evolución poblacional y estimar el riesgo epidemiológico. Resultó un conocimiento clave para promover estrategias productivas y sanitarias con vistas a disminuir la incertidumbre en cuanto al riesgo”.
En este marco, el documento se metió de lleno para dar detalles sobre los compromisos asumidos que tiene la gestión. “En el marco de este nuevo aniversario, el instituto refuerza la articulación público-privada con la visión de aunar esfuerzos con el sector privado y con los productores. De hecho, mediante alianzas estratégicas se han desarrollado proyectos de investigación y transferencia tecnológica que han beneficiado a toda la cadena de valor”.
“A 68 años de su fundación, la institución se encuentra a la vanguardia de la investigación en agricultura, desarrolla nuevas tecnologías y soluciones para los desafíos del siglo XXI. Con el compromiso intacto con la innovación y la transferencia tecnológica, el INTA seguirá siendo el motor de desarrollo para el campo argentino”, prometieron para concluir.
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