El Proyecto Iberogen dio a conocer su resultado más importante tras años de estudio intentando desarrollar clones de la cepa para adaptarlas al cambio climático. Los organismos públicos y privados involucrados.
Prever el impacto del cambio climático es vital para minimizar el impacto adverso a futuro, gestionando las herramientas necesarias. En la vitivinicultura argentina, el calentamiento global puede impactar de forma drástica, modificando las condiciones necesarias para que se desarrolle la cepa de malbec.
Está claro que Malbec es el varietal emblema del país. El más posicionado en el consumo interno y el más demandado del país por los mercados internacionales. A pesar de su origen francés, se asentó mejor en Argentina por la calidez del clima, la recepción de radiación solar y el suelo local; distintas a las de Francia.
Sin embargo, si la temperatura promedio sigue aumentando, en medio de una crisis por la disponibilidad hídrica, será necesario mudar las cepas a las zonas más frías como la Patagonia, o de mayor altura; cuando en Mendoza se ubica más del 85 por ciento de los viñedos de este varietal.
A esta encrucijada le buscó una solución una empresa especializada como Vivero Mercier, que desarrolló el Proyecto Iberogen, en colaboración con el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET) y otras instituciones como el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino de España.
El proyecto estudió durante años el comportamiento de distintos clones de cepas de Malbec, adaptadas al cambio climático para que sean más resistentes a estas variaciones. Este mes, la empresa dio a conocer el resultado más trascendental: lograron decodificar el genoma completo de la variedad.
Para descifrar el genoma diploide de Malbec fue necesario identificar más claramente la interacción entre las dos variedades parentales más importantes de la cepa Malbec, que son la Prunelard y la Magdeleine Noire des Charentes. El clon llamado Mercier® 136, que desarrolló la empresa Vivero Mercier en el año 1999 -proveniente de un viñedo de más de 100 años en Agrelo- fue el que se utilizó para la secuenciación.
El estudio que llevó a cabo este descubrimiento fue publicado recientemente en la revista científica Horticulture Research (de Oxford Academic) y luego se presentó en un acto llevado a cabo en La Enoteca, de Mendoza. Allí acudieron los responsables de la investigación junto a referentes de la industria, de la empresa y periodistas.
“La decodificación del genoma de Malbec ilustra la compleja relación entre la diversidad genética y la variación clonal. Esto marca un paso significativo hacia la comprensión de cómo las mutaciones somáticas modifican las características de los distintos clones, arrojando luz sobre una nueva dimensión de la investigación genética de la vid, que podría revolucionar el futuro de la viticultura”, resaltaron en sus redes sociales.
Por su parte, agregaron: “Como empresa, estos descubrimientos nos permiten sumar nuevas alternativas a la lista de clones y selecciones de Malbec que venimos desarrollando hace más de 20 años y abre las puertas a la creación de nuevos productos, que sean capaces de atender a los más diversos desafíos y necesidades del mercado”.