Desde Bodegas de Argentina, la cámara empresarial que agrupa a más de 250 bodegas y empresas proveedoras del sector vitivinícola, dejaron 10 consecuencias adversas que podría generar el pago de los derechos a la exportación.
Aún persiste la polémica por la aplicación de retenciones al vino, en el orden del 8%, como fuera anunciado por el secretario de Bioeconomía de la Nación, Fernando Vilella. El incremento de la alícuota por derechos de exportación sorprendió en la industria vitivinícola, porque en el mismo anuncio del funcionario, otras 18 economías regionales quedaron aparentemente exentas de pagar retenciones.
“Aparentemente”, porque aún todo debe resolverse en el Congreso, que será la instancia definitiva en la que se resuelva la aplicación de la medida, cuyas consecuencias negativas ya se vienen alertando por parte del sector bodeguero.
Por ejemplo, desde Bodegas de Argentina, la cámara empresarial que agrupa a más de 250 bodegas y empresas proveedoras del sector vitivinícola, ya manifestaron su “profunda inquietud” a las medidas, que según explican, “amenazan directamente el sustento de cientos de miles de trabajadores”.
Según lo que explicaron desde Bodegas de Argentina, el 8% aplicado a las retenciones equivale a:
- Sumar sólo 60 millones de dólares a las arcas estatales, constituyendo apenas el 0.005% del gasto público.
- Perjudicar aún más la competitividad de las exportaciones argentinas frente a países sin gravámenes a las exportaciones.
- Acentuar la caída de las ya mermadas ventas al exterior del vino, que en el último año decreció aproximadamente el 30%.
- Entregar al estado un mes completo de ingresos por exportaciones.
- Un tercio del monto que las Bodegas gastan en concepto laboral.
- Un cuarto de las compras de materias primas e insumos
- Superar los fondos destinados a promoción y publicidad, normalmente alrededor del 5% de la facturación.
- Reducir la cantidad de empleos directos e indirectos, impactando negativamente en la inclusión y arraigo en las zonas vitivinícolas.
- Generar consecuencias negativas en actividades relacionadas como el enoturismo, fuente vital de ingresos en divisas para la región.
- Resultar en la pérdida de valor agregado de un producto que podría degradarse fácilmente a la categoría de commodity.
Más allá de los efectos adversos que suponen las medidas y denuncian desde el organismo, también explicaron cuáles son las otras decisiones de la Nación que generan competitividad en el sector exportador.
“La devaluación del tipo de cambio oficial y el mix para la liquidación de exportaciones del 80% tipo de cambio oficial y 20% dólar financiero, inicialmente generan una mejora competitiva del 20%, que disminuye al 12% con la aplicación del 8% en concepto de derechos de exportación”, señalaron. Sin embargo, agregaron que con esa devaluación, “las importaciones aumentan un 118% debido a la devaluación anunciada y al incremento del impuesto país”.
“Como resultado de los puntos mencionados, los proveedores de los insumos más críticos han anunciado incrementos del orden del 60%. Los nuevos tipos de cambio, la aplicación del 8% en derechos de exportación, sumados a una devaluación proyectada del 2% mensual y una expectativa de inflación del 25% para el primer trimestre, colocan a las exportaciones de vinos en una situación crítica que repercutirá a lo largo de toda la cadena de valor”, agregaron.
“Frente a esta realidad urgente, desde Bodegas de Argentina instamos a las autoridades nacionales a reconsiderar esta medida. Convocamos a los gobernadores con desarrollos vitivinícolas a ilustrar sobre esta situación, y solicitamos a los legisladores nacionales que no respalden las retenciones a las exportaciones de vinos en las instancias correspondientes”, cerraron el comunicado.