Tras la baja de los fondos nacionales para la lucha contra la polilla de la vid, los gobiernos locales en las provincias vitivinícolas salieron a garantizar el operativo con fondos propios.
Luego de que el Gobierno nacional suspenda las partidas discrecionales a las distintas jurisdicciones en el marco de un programa de ajuste, la lucha contra la lobesia botrana o polilla de la vid ya no tuvo ese respaldo de financiamiento hacia las provincias vitivinícolas, por lo que se puso en riesgo su continuidad.
Los distintos organismos gubernamentales provinciales fueron dando certidumbre con el correr de los días en torno al hecho de que el tratamiento para la actual campaña estaba garantizado, pero pidieron colaboración con los privados para su implementación. Así como también lanzaron créditos accesibles para instrumentar ese trabajo mancomunado.
Ahora, en Mendoza, por ejemplo, la lucha contra la lobesia botrana avanza con financiamiento propio. Recientemente, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen) comenzó con la distribución de insecticidas específicos para ayudar a los productores del Valle de Uco, una zona de mucha producción.
En Mendoza la lucha se desarrolla con un esquema de control integrado de la plaga en grandes áreas, combinando distintas herramientas que se dan por etapas.
En la primera se distribuyeron a unos 1.800 productores difusores de feromona para aplicar la técnica de confusión sexual (TCS) en unas 2.000 propiedades de vid. En la segunda se realizaron tratamientos de fertilización aérea sobre unas 80.000 hectáreas en áreas específicas del oasis Norte y Este.
La tercera etapa es la que se lleva a cabo en este momento, que incluye asistencia a productores de Tunuyán, Tupungato y San Carlos mediante la entrega de productos fitosanitarios específicos. Para el mes siguiente el Iscamen tiene programada la aplicación aérea de feromonas pulverizables en otras áreas estratégicas.
En San Juan, por su parte, el Gobierno lanzó la campaña a mediados de agosto. A mediados de este mes finalizó la entrega por parte de la Dirección de Sanidad Vegetal, Animal y Alimentos (DSVAyA) de insecticidas a productores de vid.
También se contrataron aviones para las aplicaciones aéreas de los productos específicos para el tratamiento de la plaga, como así también los drones para acceder a zonas más difíciles.
Durante el mes de octubre, el Gobierno de San Juan estuvo realizando la campaña de fumigación en más de 8.000 hectáreas, que tiene la particularidad de haberse concretado con un remanente del dinero que envió el Gobierno de la Nación en 2023 y que no fue utilizado.
Mientras tanto, recientemente el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) emitió una nueva alerta fitosanitaria que rige para los departamentos del Valle de Tulum, en principio hasta este 22 de noviembre.
En la zona se deben llevar a cabo los operativos pertinentes para el tratamiento que requiere el control de la plaga e implementarse únicamente con productos autorizados por el Senasa, según lo dispuesto por el Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana.